viernes, 29 de mayo de 2009

Luna Azul


Luna azul, suave luz
¿Dónde estás? no sé
Tu calor sigue en mí
Lleno de tu escencia
Amándome

En medio de este amor
Está tu ausencia
Mas nada puede hacer
Que yo te pierda
Así es la libertad
Cuando se siente así

Otra vez tu sabor
Vuelve a mí
Estás aquí
Amándome

Y creo que este amor
Jamás se aleja
Aunque no pueda ser
Que estemos cerca
Así es el corazón
Cuando se eleva
Con alas de pasión
Dejándonos volar, volar
Nunca nos vamos a dejar de amar
jamás, jamás, jamás

Y creo que este amor
Jamás se aleja, aunque
No pueda ser que estemos cerca
Así es el corazón cuando se eleva
Y siempre, siempre tú serás
Mi único amor

martes, 26 de mayo de 2009

Luna...




La luna

Por Jaime Sabines

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas. 
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo: 
sirve para encontrar a quien se ama, 
y para alejar a los médicos y las clínicas. 
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido, 
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir


Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver. 
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna 
para cuando te ahogues, 
y dale la llave de la luna 
a los presos y a los desencantados. 
Para los condenados a muerte 
y para los condenados a vida 
no hay mejor estimulante que la luna 
en dosis precisas y controladas

viernes, 8 de mayo de 2009

El juego de las escondidas

Cuentan que una vez se reunieron, en un lugar de la tierra, todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan ocurrente, les propuso. "¿Vamos a jugar a las escondidas?. La INTRIGA levantó las cejas y la CURIOSIDAD, ya sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas? ¿Y cómo es eso?.

Es un juego, explicó la LOCURA. Yo me tapo la cara y empiezo a contar desde uno hasta un millón. Mientras, ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, al primero de ustedes que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.

El ENTUSIASMO bailó seguido por la EUFORIA. La ALEGRIA dio tantos saltos que terminó convenciendo a la DUDA e incluso a la APATIA, a la que nunca le interesaba nada.

Pero, no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no esconderse: ¿Para qué?. Si al final siempre la descubrían; y la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto ( en el fondo lo que le molestaba era que la idea no había sido suya) y la COBARDIA prefirió no arriesgarse.

Uno, dos, tres, .. comenzó a contar la LOCURA.

La primera en esconderse fue la PEREZA que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra en el camino. La FE subió al cielo y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. 

¿Un lago cristalino?: ideal para la BELLEZA. ¿La hendija de un árbol?: Perfecto para la TIMIDEZ. ¿El vuelo de una mariposa?: lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD

¿Una ráfaga de viento?: magnifico para la LIBERTAD. Así terminó por esconderse en un rayito de Sol.

El EGOISMO, en cambio, encontró un lugar muy bueno desde el principio: ventilado, cómodo... sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira en realidad se escondió detrás del Arco Iris) y la PASION y el DESEO en el centro de los volcanes. El OLVIDO...se me olvidó donde se escondió..., pero, eso no es lo importante.

Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todos se encontraban ocupados, hasta que divisó un rosal.

Un millón, terminó de contar la LOCURA y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de la piedra. Después se escuchó a la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre teología y a la PASION y al DESEO los sintió vibrar en los volcanes. En un DESCUIDO encontró a la ENVIDIA y, claro, así pudo deducir donde estaba el TRIUNFO. Al EGOISMO no tuvo ni que buscarlo. El, solito, salió de su escondite que resultó ser un nido de avispas. De tanto caminar, sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA. Y con la DUDA, resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir de que lado esconderse.

Así fue encontrando a todos. Al TALENTO, entre la hierba fresca. A la ANGUSTIA, en una cueva oscura. A la MENTIRA, detrás del Arco Iris (mentira, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta al OLVIDO, que ya se había olvidado que jugaba a las escondidas.

Sólo el AMOR no aparecía por ningún lado.

La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyito del planeta, en las cimas de las montañas y cuando, estaba por darse por vencida, vio las rosas. Con una horquilla empezó a mover las ramas y entonces escucho un grito de dolor. Las espinas habían herido los ojos del AMOR.

La LOCURA no sabía que hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón y prometió ser para siempre su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la Tierra, el AMOR es ciego y la LOCURA siempre lo acompaña.